El concierto de la estrella canadiense con enanismo Justin Beaver del pasado jueves en Madrid ha dejado secuelas irreparables a la ciudad. El suelo de la cubierta del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid ha amanecido corrompido por las grandes cantidades de flujo vaginal que las admiradoras de la pequeña lesbiana canadiense liberaron anoche de sus aún no desarrollados aparatos reproductores.
"Tomamos medidas de antemano, o eso creímos", relata Barry Sánchez, promotor del concierto. "Cubrimos la cubierta entera con papel-film, pero nuestras previsiones de vieron desbordadas". Como desbordado quedó el firme del Palacio ya que, según relatan los testigos, la cantidad de líquido vaginal llegó a rebosar la cubierta y los agentes de seguridad tuvieron que improvisar pequeños diques en la puerta con toallas absorbentes, en vistas a que la riada no alcanzara la M-40.
"Nunca había visto tantas glándulas de Bartolino trabajar a la vez", nos cuenta Jamaicol Iglesias, trabajador del Samur. "Hemos recomendado a los promotores del concierto de mañana (por hoy) en Barcelona que se gasten los duros y cubran el Palau San Jordi con papel Scottex del bueno, no el de marca blanca." El ayuntamiento de Madrid, ante el desastre, da por perdido el Palacio de los Deportes y "lo vamos a tirar".
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